Hago lo que quiero y quiero lo que hago.
con una mezcla de espontaneidad y de valentía que ha convertido mi vida en una sucesión de sprints en muchas disciplinas y por todo el mundo. Pero siento que soy de donde estoy en cada momento y, esté donde esté, estoy 100% presente. Soy curiosa, me chifla viajar, me chifla la aventura y en la vida valoro, por encima de todo, ser y vivir con libertad y alegría. Día tras día busco ir más ligera de equipaje: be simple, be smart.
Y luego está a lo que me dedico.
Líder Coach, Awakener Digital, Storyteller… igual son palabras poco evidentes. Podría decir que “saco la mejor versión de las personas” para que tengan la cabeza en el cielo y los pies en la tierra, que pisen fuerte en lo que les mueve en la vida y desempeñen su rol con excelencia, ¡brillando!. Disfruto contribuyendo a la transformación digital de las personas y las organizaciones. Y cuento historias, y las cuento bien. Así que os lo sigo contando:
Hace ya unos años dejé una carrera profesional exitosa en el mundo del marketing y la comunicación, opté por mi autenticidad y la libertad de ser yo, y no sólo aquella emprendedora ejecutiva que había conseguido todo lo que se había propuesto y más. Eso ya lo tenía. Empecé aprendiendo en mi propia piel a diferenciar las creencias potenciadoras de las limitantes. Comprendí que la diferencia en las organizaciones la hacen el Talento y el Corazón de las personas, que lo importante no es el conocimiento que tenemos, sino qué hacemos con el conocimiento que tenemos. Esto de la vida es como una película de espías: todos somos agentes activos. Y los demás agentes responden como espejos a nuestros comportamientos.
Entonces vi que con mis valores, mi creatividad y mi experiencia podía hacer algo tan increíble como simple de contar: “hacer crecer las organizaciones haciendo crecer a sus personas”. Y me pregunté: ¿qué significaría aplicar eso a los líderes de las organizaciones? Significaría contribuir a crear un panorama vanguardista de empresas saludables, sostenibles y punteras en esta era digital en la que navegamos. Así que me reciclé estudiando cosas muy variopintas para liderar profesionalmente mi proyecto llamado Musarión, que significa “Templo de las Musas”, un espacio abierto y creativo en el que inspirar líderes para transformar la cultura de liderazgo de sus organizaciones.