Santi Titan: El desierto pone a cada uno en su sitio
Hay gente que nace con la capacidad de escuchar una conga, y salir el primero a la pista. Y hay gente que, además, consigue que hasta el último se una a él a bailar en círculos. Gente que crea una pequeña familia allá adónde va, que tiene la energía contagiosa del entusiasmo y que, con generosidad y espíritu de servicio, crea pequeños mundos.
Así es Santi Ramos, Santi Titan, tan fresco como alto –y mide casi dos metros-, tan enamorado de la Titán que se ha tatuado en la muñeca el logo. Después de un año de parón a causa de una lesión, este año vuelve al desierto casi recuperado, pero no del todo. Eso sí, con un equipo entero a su alrededor, con el cielo y la tierra revueltos para hacer posible llevarlos a todos juntos y compartir esta pasión que les ha contagiado. Porque a ellos, igual que a mí, les habrá contado que lo vivo de la Titán es correr mirando sólo al que tienes al lado, nunca a los primeros, y estar sentado después de cada etapa con sus ídolos del ciclismo y escucharles decir: “vosotros, que habéis empezado la etapa de montaña andando, sois los verdaderos titanes”. Hay que saber medirse, y como bien dice él, “el desierto pone a cada uno en su sitio”.
¡Felicidades Santi!